A hole in my heart

Un agujero en mi corazón. Qué hortera suena en castellano, joder. Recuerdo cuando Lukas Moodysoon nos advirtió a los que estábamos comiendo palomitas de que sería conveniente dejarlas antes de la proyección de esta película. Llevaba su gorra y la camiseta de cuadros de siempre. Siempre es toda la semana que duró el festival. Lo sé porque le vi el primer día, cuando contó que le habían perdido la maleta. Con el mismo atuendo y agarrado a ella, se marchó volando a Suecia desde el aeropuerto de Ranón. Como se marcharon corriendo tantas personas de aquella proyección de la que sólo quedamos diez personas mirándonos consternadas las unas a otras al terminar, mientras se escuchaba "unta, unta, unta". El eco de Lukas diciendo "¿Alguna pregunta?". Un padre director de cine porno con un hijo autista. La fiesta. Muchos agujeros por llenar. El más grande de todos, ni siquiera tiene forma. Y es el que más duele. El mío se quedó en Suecia. En Asturias. En tantos otros lugares de donde siempre ha vuelto a nacer. La vida da muchas vueltas y no tiene otra explicación que aquella que escojamos darle. Como la película. En palabras del director "Os he preparado una comida deliciosa, pero no esperéis que la mastique por vosotros". Confieso que, aunque creo que ya no podría, yo seguí masticando mis palomitas.

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